Domingo III de Pascua – Ciclo A

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Nuestro reencuentro con Cristo resucitado debe dar sentido evangélico a toda nuestra vida. En la medida en que seamos conscientes de nuestra unión responsable con Cristo, el Señor, estaremos en actitud de ser testigos de su obra redentora en medio de los hombres, con nuestras palabras, pero sobre todo con nuestra vida.

1. Oración

Te glorificamos, Padre santo,
porque estás siempre con nosotros en el camino de la vida;
sobre todo cuando Cristo, tu Hijo, nos congrega
para el banquete pascual de su amor.

Como hizo en otro tiempo con los discípulos de Emaús,
él nos explica las Escrituras y parte para nosotros el pan.

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Domingo II de Pascua – Ciclo A

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Toda la liturgia de estos domingos está bajo el influjo de la Pascua. Pero la Iglesia se  preocupa para que la Pascua sea algo más que una palabra, de ahí que constantemente  nos presente el ejemplo de la primera comunidad cristiana que hizo de la Pascua un  programa concreto de vida. Con la Pascua nace la comunidad y el espíritu de la Pascua la  desarrolla lanzándola a la gran obra de la evangelización universal. Por todo esto, durante este tiempo vamos a mirar cómo se desarrolla la vida de esta  comunidad que es la nuestra: ¿Vive según el espíritu primaveral de la Pascua? ¿Vive o vegeta? Que nadie se extrañe  si constantemente el Espíritu Santo se hace presente en los textos bíblicos, pues Pascua y  Espíritu Santo conforman la nueva realidad que da origen a esto que llamamos  cristianismo. Pascua es la primavera permanente de la comunidad cristiana: no dejemos marchitar sus  flores…

1. Oración

Señor Jesús, Tú que habiendo dado la vida en la cruz, después que te dejaron en el sepulcro, no te quedaste en él, sino que RESUCITASTE, y así te diste a conocer a tus discípulos, apareciéndote en medio de ellos, diciéndoles: …la paz esté con ustedes… y ahí les dejaste la misión de ser ellos y así nosotros los continuadores de tu misión, para eso les diste y nos sigues dando tu Espíritu Santo, para que sea quien impulse y anime la misión. Te pedimos Señor, que nos ayudes a comprender y valorar, lo que implica creer en ti, como el RESUCITADO, como aquel que venció la muerte y está vivo, por eso, te pedimos, que nuevamente nos des tu Espíritu para que así, consigamos creer en ti, y vivir por ti, aún sin haberte visto, simplemente, porque creemos en tu Palabra, creemos que Tú estás vivo y que estás a nuestro lado. Que así sea.

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La resurrección del Señor – Ciclo A

LA RESURRECCION DEL SEÑOR CICLO A

La celebración del misterio pascual está en el centro de la fe y de la vida de la Iglesia. La resurrección de Cristo no es solo su victoria sobre el pecado y la muerte. Es la manifestación de la divina economía de la Trinidad: el amor infinito y omnipotente del Padre, la divinidad del Hijo, el poder vivificante del Espíritu Santo.

Toda la historia de la salvación tiene su centro y su culmen en la Resurrección de Jesús. Hacia ella tiende la creación entera, las maravillas realizadas por Dios en el Antiguo Testamento, y de modo especial la Pascua de Israel, profecía de la Pascua de Cristo, de su paso de la muerte a la vida.

Hacia la resurrección del tercer día, tantas veces anunciada como coronación de su pasión por parte de Jesús, va precipitándose toda su vida, sus palabras, sus milagros, sus enseñanzas. Hasta los últimos momentos, cuando Cristo de muestra con sus palabras y con sus gestos que está para pasar de este mundo al Padre. En efecto, El del Padre ha venido y al Padre va, y por ello su vida es una Pascua, un paso; pero en este éxodo, más glorioso que el paso del Mar Rojo, Jesús arrastra su propia humanidad, asumida de la Virgen Madre, haciéndola pasar por el misterio de la pasión y de la muerte, para que quede para siempre sellada por el amor sacrificial en su carne que lleva marcados los estigmas de su pasión gloriosa.

1. Oración

Señor crucificado, Tú que estuviste clavado en la cruz y que ahí derramaste tu sangre por nosotros, y que habiendo entregado tu espíritu te bajaron de la cruz y te colocaron en un sepulcro, sellando la entrada con una piedra. Cuando van a buscarte, Y pretenden encontrarse con un muerto, para completarte los ritos fúnebres, Tú no estás, ¿dónde estás crucificado, que dejaste la tumba vacía? ¿dónde te has ido, que solo dejaste rastros de tu muerte pero de ti no tenemos noticia? ¿Dónde estás crucificado, que piensan que han robado tu cuerpo?, ¿dónde te has ido, que te buscan y no te encuentran? No te encuentran, porque te buscan entre los muertos, piensan que la muerte te venció, que sigues sometido a la oscuridad de un sepulcro, pero Tú has dejado tus señas, la muerte ya no tiene dominio sobre ti, has dejado las vendas para que supieran que el que estuvo atado por la muerte, sometido al destino de todos, has resucitado, has dejado la muerte, y ahora estás vivo, has vencido la muerte y estás Resucitado.

Danos Señor, la gracia que les faltó a María Magdalena y a Pedro para interpretar los hechos, y así que como Juan, también nosotros, podamos creer en ti, y creyendo en ti, tengamos la seguridad la certeza y la convicción de que estás RESUCITADO, y que estás a nuestro lado, siendo Tú nuestro Dios y Señor, en quien esperamos y de quien tenemos vida, porque has vencido la muerte y estas Resucitado. Que así sea.

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Domingo de Ramos – Ciclo A

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Hoy celebramos la entrada de Jesús en Jerusalén, que manifiesta la venida del Reino en el Rey Mesías. Pero Jesús no conquista la ciudad por la violencia sino por la humildad y el amor. Por eso viene montado en burrito y es recibido por los niños y los humildes de corazón. Su reino no será impuesto sino que se inaugura con la Pascua de su Muerte y de su Resurrección. Quienes lo acepten por amor serán los miembros de su reino.

Isaías profetizó sobre siervo sufriente. Mateo interioriza sobre esos sufrimientos: abandono de los apóstoles; el silencio del Padre, absoluta soledad. La carga de todos los pecados de la humanidad asumida por Cristo. Sin embargo, desde la Cruz, reina como Señor de todo. Es claramente un reino no de este mundo. Es el reino del amor y quienes lo acepten vivirán con El para siempre. Seguir leyendo «Domingo de Ramos – Ciclo A»