Domingo 22 del Tiempo Ordinario – Ciclo C

¡Qué oportuno es el evangelio de este domingo! Los hombres buscamos siempre sobresalir para ser invitados y tenidos en cuenta, nos parecemos a los fariseos del tiempo de Jesús que apetecían honras exteriores y soñaban con destacarse de la plebe. El egoísmo puede cegarnos de soberbia e impedirnos ver a los que son más dignos. La autojustificación y la arrogancia nunca son buenas consejeras.

1. Oración:

Señor Jesús nos estás colocando de lleno  en aquello que debe identificar nuestro seguimiento, nuestra identificación contigo, cuando nos invitas  a vivir tu Palabra, en el anonimato, en la entrega, en el servicio, en la generosidad, buscando hacer el bien sin aparentar, simplemente para ayudar  al que necesita, al que precisa de ayuda, dando la mano al que no puede retribuirte, al que no puede hacer lo mismo contigo, para demostrar así la gratuidad del amor de Dios, que nos ama independiente de nuestra condición, para que actuando como lo haces Tú, nos identifiquemos siempre más contigo, buscando en todo momento, amar y servir como lo hiciste Tú. Amén.

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Domingo 21 del Tiempo Ordinario – Ciclo C

El tener fe no se agota en conocer cosas de Dios, en saber algunos mandamientos, en practicar algunos ritos, en usar algunos objetos; el tener fe es asumir el proyecto de Dios, haciéndolo nuestro, viviendo de acuerdo a sus leyes, manifestando con nuestra vida su amor y su misericordia, actualizando en nosotros la manera de ser y de actuar del Señor Jesús. Pero a su vez, el creer implica abrirnos a la trascendencia, abrirnos a una nueva dimensión, como es la vida eterna, la salvación, es colocarnos en perspectiva de Dios. Esto es algo que es constitutivo de lo que creemos, que después de esta vida, el Señor nos pedirá cuentas de lo que hemos hecho, de lo que hemos vivido y de la manera que hemos buscado hacer vida sus enseñanzas.

1. Oración 

Señor Jesús nos haces tomar conciencia de algo que muchas veces lo ignoramos o lo descuidamos como es el hecho de la salvación, …el encuentro definitivo contigo, …el premio o del castigo eterno; aquí nos ayudas a darnos cuenta, de la necesidad de esforzarnos, es decir, de vivir como nos pides, de hacer que nuestra vida corresponda a nuestra fe, que nuestras acciones expresen el amor a Dios y el amor al prójimo, por eso, Señor, te pido que me ayudes a vivir tus enseñanzas, a asumir tu estilo de vida, a identificarme contigo, para que cuando me llames me reconozcas entre tus elegidos, porque busqué amar como Tú, y dar la vida como lo hiciste Tú.

Amén.

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Domingo 20 del Tiempo Ordinario – Ciclo C

Aceptar con todas las consecuencias la misión de ser profeta y portavoz de Dios es una dura carga, llena de incomprensiones y de riesgos. Porque mantener la fidelidad a Dios es más difícil que ser fiel a los hombres. El profeta de todos los tiempos ha sufrido persecuciones y desconocimiento de los más cercanos. Le pasó a Jeremías, porque hablaba claro; por eso quisieron hundirle en el lodo del aljibe, para ahogar su palabra. Y le pasó a Jesús, que soportó la cruz y la oposición de los pecadores, renunciando al gozo inmediato. Es un aviso para los cristianos en los momentos de lucha o desánimo. Aceptar a Jesús nos lleva a ser presencia contestaria en medio de la sociedad y dentro de la propia familia.

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Domingo 19 del Tiempo Ordinario – Ciclo C

Al leer el evangelio de hoy descubriremos la exhortación que el Señor Jesús nos hace para que aprendamos a desprendernos de los bienes materiales y podamos compartirlos con los hermanos más necesitados; esto se encuentra muy relacionado con el tema del domingo anterior. También es una invitación a la vigilancia evangélica, es decir, la manera cómo prepararnos para heredar la vida eterna: » Vendan sus bienes y den limosna…acumulen bienes en el cielo…donde está su tesoro, ahí estará también su corazón.»

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Domingo 18 del Tiempo Ordinario – Ciclo C

Las lecturas de este domingo se  sintetizan en tres modos de vivir y estar en el mundo las distintas maneras de tomarse la vida y darle sentido.

«Vaciedad sin sentido, todo es vaciedad» (Ecl 1,2). (Primera lectura)

Esta frase bíblica es de un judío pesimista que, al repasar todos los aspectos de la vida humana, siempre encuentra limitación, engaño o desgracia. ¿De qué sirve todo lo que hacemos?, ¿no es la vida humana un intento inútil?, ¿se puede conseguir la felicidad?

Descansa, come, bebe y diviértete. (Evangelio)

La parábola del hombre rico nos presenta la actitud de la persona segura de sí misma, que cree que su felicidad se identifica con lo que hace y tiene; cifra todo en el tener, y atesora riquezas para sí pensando que así tiene el futuro asegurado en sus manos.

El hombre nuevo que busca las cosas de arriba (Segunda lectura)

El hombre nuevo sintetiza la realización de la vida humana orientada a una nueva plenitud. El hombre nuevo, es una realidad dinámica: es la existencia humana que se realiza bajo la acción del Espíritu, que “se va renovando a imagen de su Creador”. Una vida que está, “escondida con Cristo en Dios” (Col 3,3), pues pertenece al orden de la fe y del misterio.

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Domingo 17 del Tiempo Ordinario – Ciclo C

1. Oración inicial

Padre de toda misericordia, en nombre de Cristo tu Hijo, te pedimos, ¡Envíanos el Don, Infunde en nosotros el Espíritu! Espíritu Paráclito, enséñanos a orar en la verdad permaneciendo en el nuevo Templo que es Cristo. Espíritu fiel al Padre y a nosotros, como la paloma en su nido, invoca en nosotros incesantemente al Padre, porque no sabemos rezar. Espíritu de Cristo, primer Don para nosotros los creyentes, ruega en nosotros sin descanso al Padre, como nos ha enseñado el Hijo. Amén Seguir leyendo «Domingo 17 del Tiempo Ordinario – Ciclo C»

Domingo 16 del Tiempo Ordinario – Ciclo C

XVI

María y Marta amigas de Jesús ¿Cuál es la mejor parte escogida por María? Lucas 10,38-42

1. Oración inicial

Señor Jesús, envía tu Espíritu, para que Él nos ayude a leer la Biblia en el mismo modo con el cual Tú la has leído a los discípulos en el camino de Emaús. Con la luz de la Palabra, escrita en la Biblia, Tú les ayudaste a descubrir la presencia de Dios en los acontecimientos dolorosos de tu condena y muerte. Así, la cruz, que parecía ser el final de toda esperanza, apareció para ellos como fuente de vida y resurrección. Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren. Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotros, como los discípulos de Emaús, podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniar a los otros que Tú estás vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de justicia y de paz. Te lo pedimos a Ti, Jesús, Hijo de María, que nos has revelado al Padre y enviado tu Espíritu. Amén. Seguir leyendo «Domingo 16 del Tiempo Ordinario – Ciclo C»

Domingo 15 del Tiempo Ordinario – Ciclo C

 

XV

El Evangelio de este domingo se abre con la pregunta que un doctor de la Ley plantea a Jesús: «Maestro, ¿qué he de hacer para tener en herencia la vida eterna?» (Lc 10, 25). Sabiéndole experto en Sagrada Escritura, el Señor invita a aquel hombre a dar él mismo la respuesta, que de hecho este formula perfectamente citando los dos mandamientos principales: amar a Dios con todo el corazón, con toda la mente y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo. Entonces, el doctor de la Ley, casi para justificarse, pregunta: «Y ¿quién es mi prójimo?» (Lc 10, 29). Esta vez, Jesús responde con la célebre parábola del «buen samaritano» (cf. Lc 10, 30-37), para indicar que nos corresponde a nosotros hacernos «prójimos» de cualquiera que tenga necesidad de ayuda. El samaritano, en efecto, se hace cargo de la situación de un desconocido a quien los salteadores habían dejado medio muerto en el camino, mientras que un sacerdote y un levita pasaron de largo, tal vez pensando que al contacto con la sangre, de acuerdo con un precepto, se contaminarían. La parábola, por lo tanto, debe inducirnos a transformar nuestra mentalidad según la lógica de Cristo, que es la lógica de la caridad: Dios es amor, y darle culto significa servir a los hermanos con amor sincero y generoso.

1. Oración.

Oh Dios, que muestras la luz de tu verdad a los que andan extraviados para que puedan volver al buen camino, concede a todos los cristianos rechazar lo que es indigno de este nombre y cumplir cuanto en él se significa. Por nuestro Señor Jesucristo.

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Domingo 14 del Tiempo Ordinario – Ciclo C

XIV

Los textos de este domingo están en la clave del camino de Jesús hacia Jerusalén para cumplir su misión mesiánica. El camino de Jesús es el camino de los cristianos. Por eso él, que era el Enviado de Dios, envía a setenta y dos discípulos. Este número tiene su importancia, pues debe ser interpretado como explícita significación de universalidad. Según el modo de pensar de los antiguos setenta y dos eran los pueblos que habitaban la tierra. El envío de Jesús es universal, el anuncio de su Reino es para todos, su salvación alcanza a la humanidad entera. Todo cristiano es enviado al mundo para predicar el Evangelio no solo con palabras, sino con los gestos y las actitudes que dan credibilidad: la pobreza, el desinterés, la renuncia, que más que virtudes son signos de la disponibilidad hacia el don de la salvación que Dios ofrece a todos y que debemos traspasar a los demás.

1. Oración inicial:

Señor Jesús, habías elegido a unos discípulos para que fueran en tu Nombre llevando la Buena Nueva, confiando plenamente en ti, esperando todo de ti, sabiendo que eras Tú el que los enviabas; al reflexionar esta Palabra, te pedimos Señor, que nos ayudes a tomar conciencia de lo que implica vivir nuestra fe en ti y así danos la gracia de corresponder a todo lo que nos pides, para que Tú puedas hacer tu obra en y por nosotros, así como lo hiciste con los primeros discípulos. Amén. Seguir leyendo «Domingo 14 del Tiempo Ordinario – Ciclo C»

Domingo 13 del Tiempo Ordinario – Ciclo C

XIII

En el tercer evangelio, el de Lucas, la vida de Jesús se expresa, a partir de ahora, como subida a Jerusalén, es decir, como camino hacia la cruz. En cambio la vida del discípulo se llamará “seguimiento”. Esta es la vocación cristiana: llamada al seguimiento de Cristo por el camino de la abnegación, pero sabiendo que al final de la ruta se encuentra la resurrección y la vida con Él.

El seguimiento de Cristo aunque conlleva ruptura total con el viejo modo de vivir, es vocación a la libertad. El discípulo de Cristo no tiene más límites a su libertad que los que señalan al Espíritu, el amor y el servicio fraterno irreconciliables con el egoísmo, el libertinaje y la vida sin religión. “Para vivir en libertad, Cristo nos ha liberado. Si los guía el Espíritu no están bajo el dominio de la ley”, nos dirá San Pablo.

1. Oración inicial:

Tú que iniciabas tu camino hacia Jerusalén, donde ibas a mostrarnos el límite de tu amor y así nos has aprovechado para que tus discípulos y nosotros aprendiéramos de ti tu manera de ser y de actuar, tu disponibilidad y tu entrega total, por eso, te pedimos, que al reflexionar estos llamados, tengamos de ti, la gracia de seguirte incondicionalmente, viviendo con alegría nuestra entrega, asumiendo tu estilo de vida, aun sabiendo que no tenías ni un lugar donde reclinar tu cabeza. Ayúdanos a vivir lo que nos pides, y a imitar tu entrega y tu disponibilidad. Amén. Seguir leyendo «Domingo 13 del Tiempo Ordinario – Ciclo C»